YOGA SEXUAL
1. En qué consiste
Yoga significa unión, volver a unirnos con nuestro verdadero
ser. Es interesante observar que la palabra religión
significa algo parecido. Proviene del latín religare: re-unir,
unir de nuevo.
Hablamos de yoga sexual porque para
lograr el fin supremo del yoga es preciso utilizar la energía sexual.
Ella es el más indicado agente capaz de provocar en quien lo
practique los más inmensos y profundos beneficios
espirituales.
A través del yoga sexual es posible alcanzar la gran
liberación espiritual en una sola vida, por eso se
denomina "la vía rápida" a este camino.
Los orígenes del yoga sexual se pierden en la más remota
antigüedad. Cuenta la leyenda que era una práctica
común entre los magos y sacerdotes de Atlántida, Sumeria
y Egipto. Posteriormente alcanzó un gran desarrollo en
India (tantrismo indio), para extenderse luego a Tibet (tantrismo
tibetano) y China (taoísmo). Los fundadores de los
grandes movimientos religiosos y muchos de los hombres
más ilustres de la historia lo practicaron. El yoga sexual es
la base y punto de partida de la religión y de la magia.
Este yoga considera al sexo como algo trascendente que,
sabiamente utilizado, produce inmensas transformaciones
en quien lo practica. Transformaciones físicas, psíquicas y
sobre todo espirituales. La sexualidad, que en los animales
está al servicio de la reproducción y en el hombre además
al servicio del placer, en este caso es puesta al servicio de
la liberación espiritual, capaz de elevar al hombre a un
nivel superhumano.
Siendo la sexualidad la más fuerte de las pulsiones
humanas, al ponerla a trabajar para la propia liberación
queda asegurada una poderosa y rápida experiencia. La única capaz de sacar al hombre del abismo en que se
encuentra y conducirlo a las más altas cumbres del espíritu.
El deseo sexual sólo podrá ser trascendido a partir del
deseo mismo.
Sobre esta utilización del sexo como agente de la liberación
y trascendencia espirituales, varias frases comunes de
la antigua India son la mejor ilustración al respecto:
"El mismo medio de caer se convierte en el medio de la
liberación".
"Por el mismo medio que el hombre común se autodestruye
y aniquila, el yogui obtiene la Gran Liberación".
"Un adepto de este yoga obtiene su salvación a través de
la mismas cosas que en los demás son causa de su perdición".
"Con los mismos actos que hacen quemar a los hombres
durante millones de años, el yogui obtiene su salvación
eterna".
El yoga sexual es la técnica más apropiada para nuestra
era del Kali-Yuga, sombría etapa actual histórico-cósmica
en la que el espíritu se halla profundamente velado por la
carne.
2. Cómo hacerlo
a. Orgasmo y abstinencia
Son pocos los hombres que conocen los desastres que
produce el orgasmo. Cada orgasmo significa una pérdida
terrible de energía y un gran deterioro físico, sobre todo del
cerebro.
A causa del orgasmo la mente y la vida del hombre se
apagan como una lámpara. El orgasmo es una auténtica
castración, lisa y llana. En él debe buscarse la causa de la
mayoría de los males que aquejan a la humanidad.
El orgasmo no produce un verdadero placer, pues sólo
dura un segundo. Tampoco es satisfactorio, pues nos deja
una sensación de vacío. En el orgasmo está la causa del
hastío y separación de los amantes, pues rompe la magia
del amor y del deseo.
Es un engaño aquello de "el orgasmo
trae felicidad". La pérdida de la energía sólo puede complacer a
nuestro cuerpo o a nuestra alma animal, no a nuestro espíritu. Así como
separa a los amantes, así aleja al hombre de su verdadero ser. El
orgasmo constituye un auténtico suicidio, físico y espiritual, la mayor
agresión y traición que puede un hombre cometer contra sí mismo.
Lástima que pocos lo sepan.
De todas las formas de llegar al
orgasmo, la masturbación es la más destructiva de todas. Al que se
masturba se lo reconoce fácilmente por lo estúpido e inútil que es.
Comete errores a cada paso y no sirve para nada. A la masturbación le
siguen el orgasmo durante el coito y por último las poluciones
nocturnas, o sea los orgasmos que suceden durante el sueño.
La mayoría de los hombres se solaza en
el orgasmo porque nadie les enseñó a hacer otra cosa. Aquellos que
enseñan que el orgasmo es bueno han infligido e infligen un gran daño a
la humanidad.
Debemos recordar siempre que la
excitación despierta, mientras que la relajación adormece, y que la
meta interior de cada hombre es la de despertar lo antes posible. En
este mundo no estamos para consumir oxígeno solamente, ni para perder
tiempo. Somos hombres, no animales y nuestras responsabilidades son
diferentes. De esta vida no nos llevamos ni el dinero ni los momentos
efímeros del placer, nos llevamos solamente los logros y las conquistas
del espíritu. La vida es demasiado breve como para gastarla corriendo
de un orgasmo a otro.
Muchos seres humanos hastiados del
orgasmo quisieran otro camino, pero en las sociedades modernas casi
todo gira alrededor de la pérdida y consumo de energías.
El camino que tradicionalmente trató de
imponérsele a los hombres es el camino de la abstinencia sexual. Es lo
que enseñan y han enseñado siempre las grandes religiones. Consiste en
evitar el sexo y las relaciones sexuales. Incluso prohiben la
masturbación, aunque siempre la prefieran antes que la "inmoralidad" de
las relaciones sexuales. Estas prácticas de abstinencia sexual no ven
como algo malo a los orgasmos nocturnos, los cuales serían "una natural
descarga sexual después de muchos días de abstinencia". Evidentemente,
lo que les preocupa a estos grupos religiosos no es la pérdida de las
energías sexuales sino la "moralidad" y la evitación del contacto
carnal.
Este tipo de abstinencia o represión
sexual es igual o peor que el orgasmo. Aún en el supuesto caso en que
la persona pudiera evitar no sólo el coito sino también la masturbación
y los orgasmos durante el sueño, los resultados serían desastrosos.
Los órganos sexuales y los órganos cercanos a estos, como el estómago,
hígado, páncreas, intestinos, etc., no están preparados para soportar
la tremenda presión de las energías sexuales acumuladas. En poco tiempo
estos órganos se enfermarían y luego el cuerpo todo. También en la
esfera psíquica los daños serían grandes. Aparecerían la agresividad y
el mal humor, la ira, perversiones sexuales, intolerancia para con los
demás y toda clase de trastornos y conflictos psíquicos. Aquellos que
enseñan que la represión sexual es algo útil y beneficioso han hecho un
daño muy grande a la humanidad.
A lo largo de la historia la humanidad
ha ido experimentando alternativamente diferentes ciclos de libertinaje
y represión sexual, sin ningún resultado. Ello ocurrió porque los
auténticos secretos de la abstinencia sexual, tal como fuera enseñado
por los fundadores de las grandes religiones, fue deliberadamente
desfigurado y desvirtuado. La deformación de las grandes verdades del
yoga sexual alejó a la gran masa humana del camino del despertar y de
la liberación espiritual. Felizmente, esos grandes secretos no
desaparecieron nunca por completo, siendo guardados durante milenios por
ínfimos grupos de adeptos. No se trata de negar las relaciones
sexuales, se trata de negar la pérdida de las energías y de
trasmutarlas luego. Esa es la nueva sexualidad que el mundo espera, la
cual es tan antigua como el hombre mismo.
b. Abstinencia orgásmica
No se trata de rechazar el sexo, se
trata de evitar el orgasmo. Esto significa que debemos al menos reducir
al mínimo el número de estos. Esta suspensión del orgasmo es
fundamental para las prácticas de yoga. Podremos suspenderlo por un
tiempo, hasta haber alcanzado nuestras metas, o seguir ese camino para
siempre.
Los orgasmos pueden reducirse al
principio a uno por semana o cada quince días. Un orgasmo cada veinte o
treinta días es mucho mejor y más todavía cada cuarenta, cincuenta o
sesenta días. Podemos comenzar con uno por semana y luego ir ampliando
paulatinamente nuestros lapsos de abstención. Un orgasmo cada treinta,
cuarenta o más días no es destructivo. En la vejez puede llegarse al
"cero orgasmo" si se desea.
Evitando el orgasmo o reduciendo al
mínimo el número de estos, todas las energías permanecen en nuestro
interior, enriqueciéndonos física y psíquicamente todo el tiempo. Sin
la acumulación de estas energías ningún logro espiritual es posible.
Para lograr la abstención orgásmica
podemos utilizar la autoinfluencia psíquica todas las noches. Además,
el uso intenso de las técnicas parapsicológicas de influencia directa,
sobre todo la influencia sexual, consume nuestra energía seminal, lo
cual nos ayudará a evitar los orgasmos involuntarios. Asimismo, las dos
técnicas que veremos a continuación constituyen excelentes medios para
lograrlo.
c. Elevación de las emanaciones sexuales
Durante la abstinencia orgásmica lo más
importante es la elevación de las emanaciones o energías sutiles que
provienen del semen, no hacerlo es exponerse a serias consecuencias. Ya
dijimos que un exceso de energía en la zona genital afectaría a todos
los órganos cercanos, perjudicándolos. Esta es la clave principal que
por lo general descuidan quienes practican la abstinencia orgásmica.
El semen es producido hasta alcanzar un
cierto nivel y luego cesa de aumentar, manteniéndose constante su
cantidad. Son las emanaciones tenues y poderosas del semen acumulado
las que sí fluyen constantemente. Son estas emanaciones lo que
perturbaría a los órganos cercanos y luego al cuerpo todo, si
permitiéramos su acumulación en la zona genital. Ya dijimos que la zona
inferior del cuerpo no está preparada para soportar la terrible presión
de estas energías seminales acumuladas. Sólo quedan dos caminos: hacia
afuera y abajo, como hace el hombre común a través del orgasmo, o
hacia adentro y arriba, como hace el hombre superior y despierto. Este
último produce la elevación voluntaria y conciente de sus emanaciones
seminales.
El único órgano capaz de soportar sin
destruirse la presión de las emanaciones es el cerebro, y hacia allí
deben ser elevadas. Para el cerebro, las emanaciones sexuales son un
verdadero alimento y allí deben acumularse. Luego el cerebro
distribuirá las energías sobrantes en aquellas zonas corporales que
juzgue convenientes. Pero nuestra tarea debe ser la de elevar y
acumular en nuestro cerebro las sutiles energías de nuestro sexo.
Incluso con el tiempo, cada uno podrá hallar por sí mismo la cavidad
secreta del cerebro donde deben acumularse más exactamente las
emanaciones. De esta manera el yogui fecunda su propio cerebro, lo cual
le dará frutos. Las emanaciones del semen son originadas en el cerebro
y desde allí descienden hacia los genitales. Después de cada orgasmo
el cerebro debe hacer descender más energías, lo cual termina
agotándolo. Las emanaciones seminales provienen del cerebro y allí deben
regresar.
Las tenues y sutiles emanaciones
seminales responden fácilmente a la voluntad humana, en el hombre y en
la mujer por igual. No sólo el hombre, también la mujer posee semen,
aunque ligeramente distinto en apariencia. Luego hablaremos de ello.
Podemos efectuar la elevación de las
emanaciones en cualquier momento y lugar, durante el día o la noche.
Podemos estar acostados, sentados o de pie mientras lo hacemos, y con
los ojos abiertos o cerrados, es lo mismo. La clave está en visualizar o
imaginar una especie de humo blanco que partiendo de los testículos se
eleva hacia el cerebro. Esta elevación del humo blanco se produce en
el interior del cuerpo, si es posible por dentro de la columna
vertebral. No es necesaria la visualización de la columna vertebral o de
los órganos del cuerpo, lo importante está en visualizar las
emanaciones en forma de humo blanco elevándose por dentro del cuerpo,
desde los testículos al cerebro. Una vez elevadas hacia el cerebro
deben bañarlo totalmente, permaneciendo y acumulándose allí. La mujer,
al carecer de testículos debe elevar las emanaciones desde su
equivalente, los ovarios, o mejor aún desde la zona donde ella percibe
se halla su centro de energía sexual, el receptáculo interno de sus
emanaciones. Ya sea desde los ovarios o desde su centro de energía
sexual, lo mejor es dejar que las sensaciones e intuición de cada mujer
sean su propio guía. Cada mujer sabrá como hacerlo. Si bien los ovarios
son la contraparte femenina de los testículos del varón, no son
aquellos los receptáculos del semen. El semen femenino se halla ubicado
en otro lugar y eso cada mujer puede intuirlo. Sólo debemos recordar
que las emanaciones se hallan donde se halla el semen, ya sea este
masculino o femenino. En las prácticas del yoga sexual los mejores
consejeros son la intuición, la imaginación y la experimentación.
Otra cosa muy importante de recordar es
que la elevación de las emanaciones debe realizarse con toda
naturalidad, sin forzar nada. El humo blanco que visualizamos debe
elevarse suavemente, en calma y sin obstáculos, como si ocurriera en un
vacío. No debe chocar con órganos ni parecer algo sólido. Se trata
sólo de humo blanco, una tenue emanación, suave como las alas de una
mariposa y en su regreso hacia el cerebro no debe perturbarnos sino
enriquecernos.
La elevación de las emanaciones
seminales descongestiona inmediatamente la zona genital y esto es muy
fácil de comprobar. Produce alivio sexual inmediato, disminuyendo
totalmente la posibilidad de orgasmos involuntarios. Se calman así los
deseos sexuales y se enciende el cerebro.
Estas prácticas de elevación pueden
comenzarse por cinco o diez minutos diarios, lapso que puede ir
aumentándose a medida que aumenta la concentración del semen y por lo
tanto de las emanaciones. Debe practicarse la elevación diariamente,
tanto tiempo y tantas veces como cada practicante lo necesite, desde
unos pocos minutos hasta varias horas. Es una práctica muy placentera.
Algunos lo hacen mientras viajan, mientras ven televisión, en momentos
previos al sueño, etc. Cada uno hallará por sí mismo su propio ritmo y
necesidad.
d. El maithuna
El maithuna es el coito común, sólo que
desprovisto de orgasmo. Ambos miembros de la pareja deben separarse
antes del orgasmo, a fin de evitarlo. El maithuna es el acto sexual
sagrado y en él todo juego sexual está permitido menos una cosa: el
orgasmo.
En la Nueva Sexualidad para esta era
del Kali-Yuga, no deben negarse el sexo ni las relaciones sexuales.
Sólo debe ser evitado el orgasmo, la pérdida de la energía. En este
caso el vacío del orgasmo es cambiado por el cultivo y desarrollo de la
energía sexual. El éxtasis y felicidad alcanzados con estas prácticas
son infinitamente superiores a la "pequeña muerte" del orgasmo.
La finalidad inmediata del maithuna es
la de agitar y aumentar las emanaciones sexuales y provocar un
intercambio de los efluvios sutiles entre ambos miembros de la pareja.
Además, la práctica del maithuna disminuye la posibilidad de orgasmos
involuntarios durante el sueño, aunque esta posibilidad es muy lejana
si se han elevado hasta el cerebro las emanaciones seminales.
Una práctica interesante es la de elevar
las emanaciones durante o después del maithuna, momento en que el
fuego sexual se halla notablemente avivado. En el caso del hombre, esto
puede hacerse antes, durante o después de la erección, es indistinto.
Igualmente, el maithuna puede ser diario o periódico y extenderse
durante todo el tiempo que se desee, evitando las exageraciones que
pudieran producir el orgasmo.
Otra forma de maithuna consiste en la
unión sexual sin penetración, limitada sólo a besos, abrazos y
caricias. Incluso ambos miembros de la pareja pueden estar juntos en la
cama sólo abrazados, e incluso sin siquiera tocarse. Estas formas de
maithuna igualmente producen agitación e intercambio de las
emanaciones, siendo las más indicadas para espíritus excesivamente
apasionados.
Hay también formas de maithuna realizadas con un compañero sexual imaginario o distante, el cual es visualizado mentalmente.
3. Lo más importante a tener en cuenta
a. El cerebro debe ser reparado
Diferentes sustancias y energías del
cerebro intervienen en la producción del semen, por eso las pérdidas
seminales son una verdadera catástrofe para el cerebro. Los repetidos
orgasmos debilitan al cerebro hasta agotarlo totalmente. Ya dijimos que
el coito, la masturbación y el orgasmo durante el sueño son las tres
formas en que puede ocurrir el orgasmo. De ellas, la más destructiva es
la masturbación. Produce mucho más agotamiento y aniquilación
psicofísica que el orgasmo común efectuado durante la cópula. Los seres
así agotados de energías es común que recurran al alcohol, drogas o
comida en exceso, en un infructuoso intento por llenar el vacío
energético terrible que los orgasmos han producido.
Las energías del cerebro y las energías
seminales son una y la misma energía. Estas energías provocan
excitación
sexual si se acumulan en la zona genital, pero si son
acumuladas en el cerebro tienen la facultad de repararlo y aumentar
todas sus facultades y poderes latentes. El semen debe ser conservado
como el mayor de los tesoros porque contiene todas las energías capaces
de producir la reparación y evolución del cerebro. A causa de la
pérdida de las energías seminales el cerebro se halla deteriorado,
agotado y dormido, en la mayoría de los seres humanos. Sólo a través de
la acumulación de esas mismas energías es posible su reparación y
posterior desarrollo. Por eso es difícil que quien haya experimentado
las virtudes del yoga sexual desee retornar jamás al vacío del orgasmo.
Las prácticas del yoga sexual pueden
realizarse sólo por un tiempo, hasta haber alcanzado la reparación
total del cerebro, cuidando luego de no debilitarlo nuevamente. Llegado
a cierto punto de desarrollo, un orgasmo periódico no podrá hacerle
ningún daño. Aquellos que no se conformen con un cerebro reparado y
deseen un desarrollo cerebral total, es decir, el despertar de todas
sus potencialidades latentes, mágicas y espirituales, deberán
perseverar mucho más tiempo con estas prácticas, quizás para siempre.
Todo es cuestión de experimentar e insistir en la misma dirección.
b. Solos o en pareja
El libro sagrado Guhya Samaja Tantra
declara que la abstinencia sola no basta para salvarse, una pareja es
necesaria. Aunque sea sólo durante un período, más o menos prolongado.
Las prácticas del yoga sexual pueden comenzarse estando solos o en
pareja, es lo mismo. Si se comenzaran estando solos, a través de la
paulatina acumulación de energías el compañero tántrico aparecerá
naturalmente, atraído por la suprema energía y magnetismo que irradiará
el practicante, quien también podrá recurrir a la autoinfluencia
psíquica para atraerlo.
Para las prácticas del yoga sexual no es
necesaria la quietud y soledad de los Himalayas. Al contrario,
nuestras ciudades modernas llenas de tentaciones son el ambiente más
propicio y desafiante para aquel que decida vencerse a sí mismo.
Tampoco importan la edad ni las inclinaciones sexuales del practicante,
pues todos pueden beneficiarse por igual con este yoga si persisten y
experimentan. En el yoga sexual no hay reglas fijas, válidas para todos
por igual, sólo hay lineamientos generales. Cada uno debe insistir
mucho, hasta encontrar por su cuenta el punto justo que le corresponde.
c. Los primeros resultados
A los pocos días de práctica ya se
notarán algunos primeros resultados, sobre todo sensaciones de plenitud
y satisfacción, fruto de la creciente energetización. En algunos casos
pueden sobrevenir ligeros mareos, somnolencia o algún dolor de cabeza,
pues el cerebro no está acostumbrado a tanta energía. Estos síntomas
suelen durar poco tiempo y no deben preocuparnos, pues es un proceso
natural de recuperación que no entraña ningún peligro. El cerebro
rápidamente se adaptará a este nuevo estado.
En caso de dolor o malestar temporario
en la cabeza, las prácticas de influencia directa sobre personas o las
de influencia sexual parapsicológica, suelen ser suficientes para
eliminarlos. La influencia parapsicológica produce gasto de energías y
ello nos aliviará de la transitoria presión energética de la que
hablábamos.
d. Los alimentos prohibidos
Todo aquel que practique el yoga sexual,
debe abstenerse de aquellos alimentos que producen una gran
inflamación y excitación de los órganos sexuales. Los más perjudiciales
son el ajo, la cebolla, la pimienta y el apio. En menor medida pero
también contraindicados son las nueces, carnes rojas, alcohol y todo
excitante y afrodisíaco por igual. Los cuatro alimentos prohibidos que
nombramos inicialmente, sobre todo el ajo y la cebolla, son verdaderos
remedios en caso de enfermedad, pero en el camino espiritual están
prohibidos, por la excitación sexual que producen.
Lo mejor es una dieta de bajas calorías.
Vegetales crudos y hervidos, frutas, lácteos y carnes de pollo y
pescado marino son lo más indicado.
4. Beneficios que produce
La práctica del yoga sexual constituye
la experiencia más intensa e inolvidable que un hombre puede enfrentar
en su existencia. Para quienes lo practican su vida se divide en un
antes y un después del yoga sexual. Además de los beneficios que hemos
descrito, el yoga sexual produce innumerables transformaciones físicas,
psicológicas, parapsicológicas y sobre todo espirituales.
En un nivel físico, además de la
reparación del cerebro se adquiere una salud perfecta y una vitalidad
que luego se transmitirá a los descendientes. Se activa el sistema
inmunológico y se ponen en marcha los procesos de rejuvenecimiento y
longevidad. Todas las células y tejidos del cuerpo, glándulas y demás
órganos adquieren una inusitada energía. Aumenta también la resistencia
al frío, calor, hambre, sed y a cualquier dolor, físico o psíquico.
En un nivel psicológico, el yoga sexual
elimina la timidez, la depresión y la indecisión. Se superan los
traumas, complejos y conflictos psíquicos de la infancia, así como los
sentimientos de culpabilidad, inseguridad e inferioridad. Se pierden
los miedos y fobias de toda índole. Mejora la voz y la oratoria. Otorga
una nueva autoconfianza y seguridad que dan poder sobre los demás. Esa
misma fuerza y seguridad impide que seamos dominados o manipulados por
otras personas. Aumentan la memoria y la inteligencia. La voluntad
asume una intensidad nunca antes conocida y lo mismo sucede con la
capacidad de concentración. Es fácil comprobar que el secreto de la
concentración mental está en la concentración de energías seminales en
el cerebro. También se recuerdan cosas olvidadas y todo lo inconciente
se hace conciente en breve tiempo.
A través del yoga sexual, se adquiere
una increíble sensación de estar todo el tiempo despierto y conciente
de sí mismo y del mundo. Todo esto sucede en forma automática y sin
buscarlo, es suficiente con las prácticas descritas. Con ellas el
hombre despierta del largo sueño en que ha estado inmerso sin saberlo.
Puede llegar a ser él mismo, único e individual, alejado tanto del
socialismo de algunos insectos como de la mente grupal de las plantas y
animales inferiores. Podrá así emanciparse de todo lo existente y
sentirse como lo que es, una criatura única y libre en el universo.
Comprenderá la terrible fugacidad de la vida y tomará conciencia de la
estupidez y mecanicidad humana que lo rodea. Jamás volverá a sentir
soledad ni tristeza y su creatividad cobrará un impulso desusado. Podrá
alcanzar un estado de comprensión psíquica en el que todos los
elementos opuestos de su psiquis estarán unificados. Con este yoga
podemos adquirir la facultad de conocer cómo es una persona
interiormente y en qué nivel de evolución mental se encuentra, con sólo
dialogar con ella unos minutos. Igualmente, se acercarán a nosotros
personas fuertes y de gran energía, acordes al aumento de energía que
vamos procurando en nosotros mismos. El practicante de este yoga
adquiere en poco tiempo una sensación permanente de gozo, paz y
felicidad.
A nivel de pareja, el yoga sexual nos
beneficia al dotarnos de un increíble magnetismo personal y sexual. La
gente nos mirará asombrada cuando caminemos por la calle, pues sentirán
inmediatamente nuestra energía al aproximarse a nosotros. Muchas de
ellas se sentirán atraídas sexualmente y enamoradas. El yoga sexual
quintuplica el deseo sexual y elimina la impotencia y la eyaculación
precoz en el hombre, así como la frigidez femenina. Despierta el amor y
la pasión en la pareja, los que perdurarán indefinidamente con un
enriquecimiento emocional sin límites. Sólo los orgasmos pueden destruir
el amor y la pasión en la pareja. El deseo y la energía despiertan al
hombre, mientras que el orgasmo lo atonta y estupidiza. Debemos tener
siempre presente que el bien es aquello que puede despertar a un hombre
y el mal aquello que lo adormece. Con esta nueva sexualidad ambos
miembros de la pareja irán a la cama para aumentar su amor y sus
energías, no para perderlas. La vida de ambos se verá así enriquecida y
surgirán entre ellos los más hermosos juegos y ocurrencias. Nuestro
mundo cotidiano y gris se volverá mágico súbitamente y podremos
percibir la verdadera realidad de cada cuerpo, palabra, forma y
pensamiento. Cosas nunca vistas anteriormente acapararán nuestra
atención y descubriremos la secreta realidad detrás de cada forma. No
hay mayor placer ni satisfacción que los del yoga sexual.
En un nivel parapsicológico alcanzaremos
una capacidad sin igual en poco tiempo. Los éxitos que habíamos
obtenido anteriormente con el empleo de las técnicas parapsicológicas
no serán nada comparados con estas nuevas adquisiciones. En India se
denomina siddhis a estos poderes parapsicológicos adquiridos por el
yoga. Todos estos poderes que están latentes en el hombre común se
despiertan a través del yoga sexual, pues se ponen en actividad centros
mágicos del cerebro, habitualmente dormidos. Se ha dicho que la energía
sexual es el arma más poderosa en el arsenal del mago y eso podremos
corroborarlo fácilmente. Con el yoga sexual es posible visualizar e
influir mentalmente durante horas con gran intensidad y placer.
Realmente, es un buen negocio cambiar el orgasmo por los poderes
parapsicológicos.
A través de la energía sexual acumulada,
el mago adquiere una increíble capacidad de crear y manipular las
formas de pensamiento. Si antes le era difícil o cansador concentrarse y
visualizar, ahora le será muy fácil y agradable hacerlo. Sólo en este
estado es cuando tienen eficacia los rezos u oraciones. También las
voces astrales ganarán en objetividad y validez. Desarrollaremos una
poderosa intuición y nuestros sueños serán cada vez más premonitorios.
Todas las técnicas de este libro podrán ser ejecutadas con increíble
maestría. Todo deseo o palabra habrá de materializarse rápidamente,
pues todos los obstáculos habrán desaparecido y ya nada quedará librado
al azar o a la casualidad. Con sus prácticas sexuales el yogui logra
que el mundo se vuelva mágico para él y así todo se hace posible. Al
dominarse a sí mismo, el yogui alcanza el dominio supremo sobre el
mundo y se vuelve respetado por animales y hombres. Así, será
contemplado por todo el universo, ante quien habrá llamado
poderosamente la atención a causa de su gran acumulación de energías.
Aún hay niveles más profundos a los que
podemos llegar por este yoga. En un nivel superficial, técnicas
parapsicológicas como las de influencia sexual nos sirven para
solucionar conflictos cotidianos, por ejemplo de pareja. En un nivel
más profundo, estas experiencias son útiles para convencerse de la
propia capacidad de influir mágicamente sobre personas y sucesos. Pero
hay un nivel mucho más profundo, la esfera espiritual, en que la
energía sexual es utilizada para despertar y liberar el espíritu. Por
eso "Sexo Psíquico" es el nombre de este libro, porque el sexo puede
ser utilizado para alcanzar desde los objetivos más pequeños hasta los
más grandes. Por eso este es el capítulo seis, pues seis es el número
del sexo. Debemos tener siempre presente que lo único que nos llevamos
de este mundo físico son nuestros logros y adquisiciones espirituales.
Con las prácticas de este yoga comienza la lucha del hombre contra las
pulsiones de su cuerpo y de su alma animal. Con estas prácticas está
herida de muerte esa bestia polimórfica interior que procura vaciar de
energías y posibilidades al hombre. Esta es su verdadero enemigo, quien
busca llevar al hombre de orgasmo en orgasmo hasta su completa
aniquilación.
Quien practica este yoga se transforma
en un dos-veces-nacido. En alguien que ha muerto y ha resucitado en una
sola vida. En alguien que ha muerto en vida para vivir en la muerte.
Quien triunfe con este yoga habrá pasado más allá del bien y del mal y
se habrá emancipado de las leyes morales y cósmicas que rigen para el
resto de los hombres. Asimismo el tiempo, que corre tan de prisa para
los demás y que había comenzado a transcurrir más lentamente desde el
comienzo de las prácticas, llegará a detenerse por completo. El yogui
queda situado así en un eterno presente, en la realidad verdadera, pues
el tiempo tal como lo conocemos es una ilusión. Así, conquistador del
tiempo y de la muerte y liberado de sus leyes, a quienes jamás volverá a
temer, puede lograr en una sola existencia lo que a otros llevaría
millones de ellas si aplicaran otros procedimientos.
Con las técnicas del yoga sexual se
quema e incinera el Karma, nuestros errores y deudas de pasadas vidas,
no teniendo ya nada más que pagar y liberados para siempre de contraer
nuevas, pues todo está ahora permitido.
A través de estas prácticas, el yogui
puede romper el velo de Maya, la gran ilusión que mantiene cautivos a
los hombres y donde reina desde siempre la dualidad y la relatividad.
Por último, habrá de romper la cadena
del Samsara, la rueda incansable de reencarnaciones a la que ha estado
sujeto y a la que no volverá más. Ya no reencarnará más, a menos que lo
desee.
Sin energía, todo hombre es menos que
un gusano. Bien vale la pena inmolar el fugaz orgasmo para hacernos
acreedores de tales beneficios. Los que duden de seguir este camino, es
porque necesitan seguir sufriendo y equivocándose durante un tiempo
más. Esto es así porque sólo cuando está harto de sufrimientos, un
hombre es capaz de emprender el camino de retorno hacia su espíritu.
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