La vida en este mundo de las formas se torna cada dia más difícil. Los vicios, los bajos instintos, la avidéz de riquezas, la pobreza, la falta de educación, la inversión de valores, la intolerancia y la mala voluntad están matando la sensibiladad humana. Estamos viviendo los dias de el apocalípsis de San Juan.
Todo parece indicar que estamos ante el advenimiento de un cambio radical. Este cambio ha sido anunciado o profetisado a través de los tiempos y según los acontecimientos que estamos viendo suceder diariamente tanto el el orden geológico como el humáno. este cambio no está ya lejos de acontecer. Está llegando la hora de rendir cuentas y encarar la realidad de nuestra existencia, está llegando la hora de recibir el fruto conforme con lo que hemos sembrado, está llegando la hora del lloro y el crugir de dientes.
Ante el estado de cosas o situación que acabamos de mencionar, a los pocos que tengan la oportunidad y la gentileza o curiosidad de leer estas líneas, les recomiendo hacer un alto en el camino y reflexionar al respecto. Tenemos que tomar una desición en cuanto al presente y futuro de nuestro real ser; o nos dejamos llevar por la corriente y sucumbimos al influjo y reflujo de esta marejada que arropa la presente generación o revolucionamos nuestras conciencias y nos revelamos al sistema de cosas, marcando así la diferencia entre el bien y el mal, distinguiendo y apartando lo verdadero de lo falso.
Recuerden las reveladoras palabras bíblicas que dicen que ¨lo corruptible no hereda lo incorruptible¨. Tenemos que depurar y purificar nuestros cuerpos lo más que podamos. Cuando hablo de cuerpos, me refiero a los diversos cuerpos con los que funcionamos en este plano de existencia y más allá. Estos son el cuerpo físico el cual es el más denso y pesado, el etérico, el mental, o astral o cuerpo del alma y el cuerpo espiritual que es el que habita nuestro real ser. Hay otro cuerpo más, pero este tenemos que formarlo en base a esfuerzos y sacrificios, trabajando firme y desididamente en la realización íntima de nuestro ser real.
Muchos preguntarán, cómo puedo hacer esto, cómo trabajar en la gran obra del ser...?
El divino Venerable Maestro Jesús trazó las pautas a seguir. El dió ejemplo de vida y sus enseñanzas marcharon en pos de lo que los seres humanos tenían que hacer para ganar el reino de los cielos. Jesús habló y habló con hechos.
Hay varias condiciones o virtudes esenciales que hay que practicar y seguir para purificar nuestros cuerpos, entre ellas hay dos que son básicas y son las que menos se practican hoy en día, estas son el respeto y amor al prójimo; sin ellas estamos perdidos, sin ellas estamos condenados al fracaso y a la perdición como seres individualizados y como humanidad.
Esta generación humana rinde mucho culto al cuerpo físico y sus placeres, sin pensar ni reflexionar en el daño que esto le produce a su real ser, a su espíritu. Esta generacion cree erróneamente que la vida es una sola y es para gozarla y gastarsela en vicios y placeres de todo tipo. Es triste ver como se dejan arrastrar por la orda mundanal que los seduce y los consume. Es triste y penoso ver tanta inconsciencia, tanta ignorancia y tanta necedad.
El cuerpo físico es mera carroña que se ha de tragar la tierra y comerse los gusanos. Es simplemente el vehículo que usamos para movernos, es la fachada, el ropaje, el traje. Este es muy corruptible y frágil, es el más tosco y menos importante de los cuerpos que poseemos.
Vamos a hacer todo lo posible por purificar nuestros cuerpos con las buenas acciones, con el respeto y el amor al prójimo, dando ejemplo de superación personal, poniendo en practica y estimulando las buenas costumbres, viviendo en paz con nosotros mísmos y con los demás.
Respetemos el derecho que tienen nuestros congéneres de vivir en paz y armonía.
!Vive y deja vivir... !
De tu amigo de ayer, de hoy, de mañana y de siempre:
Melvin Sánchez.
Todo parece indicar que estamos ante el advenimiento de un cambio radical. Este cambio ha sido anunciado o profetisado a través de los tiempos y según los acontecimientos que estamos viendo suceder diariamente tanto el el orden geológico como el humáno. este cambio no está ya lejos de acontecer. Está llegando la hora de rendir cuentas y encarar la realidad de nuestra existencia, está llegando la hora de recibir el fruto conforme con lo que hemos sembrado, está llegando la hora del lloro y el crugir de dientes.
Ante el estado de cosas o situación que acabamos de mencionar, a los pocos que tengan la oportunidad y la gentileza o curiosidad de leer estas líneas, les recomiendo hacer un alto en el camino y reflexionar al respecto. Tenemos que tomar una desición en cuanto al presente y futuro de nuestro real ser; o nos dejamos llevar por la corriente y sucumbimos al influjo y reflujo de esta marejada que arropa la presente generación o revolucionamos nuestras conciencias y nos revelamos al sistema de cosas, marcando así la diferencia entre el bien y el mal, distinguiendo y apartando lo verdadero de lo falso.
Recuerden las reveladoras palabras bíblicas que dicen que ¨lo corruptible no hereda lo incorruptible¨. Tenemos que depurar y purificar nuestros cuerpos lo más que podamos. Cuando hablo de cuerpos, me refiero a los diversos cuerpos con los que funcionamos en este plano de existencia y más allá. Estos son el cuerpo físico el cual es el más denso y pesado, el etérico, el mental, o astral o cuerpo del alma y el cuerpo espiritual que es el que habita nuestro real ser. Hay otro cuerpo más, pero este tenemos que formarlo en base a esfuerzos y sacrificios, trabajando firme y desididamente en la realización íntima de nuestro ser real.
Muchos preguntarán, cómo puedo hacer esto, cómo trabajar en la gran obra del ser...?
El divino Venerable Maestro Jesús trazó las pautas a seguir. El dió ejemplo de vida y sus enseñanzas marcharon en pos de lo que los seres humanos tenían que hacer para ganar el reino de los cielos. Jesús habló y habló con hechos.
Hay varias condiciones o virtudes esenciales que hay que practicar y seguir para purificar nuestros cuerpos, entre ellas hay dos que son básicas y son las que menos se practican hoy en día, estas son el respeto y amor al prójimo; sin ellas estamos perdidos, sin ellas estamos condenados al fracaso y a la perdición como seres individualizados y como humanidad.
Esta generación humana rinde mucho culto al cuerpo físico y sus placeres, sin pensar ni reflexionar en el daño que esto le produce a su real ser, a su espíritu. Esta generacion cree erróneamente que la vida es una sola y es para gozarla y gastarsela en vicios y placeres de todo tipo. Es triste ver como se dejan arrastrar por la orda mundanal que los seduce y los consume. Es triste y penoso ver tanta inconsciencia, tanta ignorancia y tanta necedad.
El cuerpo físico es mera carroña que se ha de tragar la tierra y comerse los gusanos. Es simplemente el vehículo que usamos para movernos, es la fachada, el ropaje, el traje. Este es muy corruptible y frágil, es el más tosco y menos importante de los cuerpos que poseemos.
Vamos a hacer todo lo posible por purificar nuestros cuerpos con las buenas acciones, con el respeto y el amor al prójimo, dando ejemplo de superación personal, poniendo en practica y estimulando las buenas costumbres, viviendo en paz con nosotros mísmos y con los demás.
Respetemos el derecho que tienen nuestros congéneres de vivir en paz y armonía.
!Vive y deja vivir... !
De tu amigo de ayer, de hoy, de mañana y de siempre:
Melvin Sánchez.